Saludos a todos!
Acabo de leer que se convoca a un concurso de cuento en España para estudiantes de español como lengua extranjera (ELE). Los estudiantes de Y qué me cuentas! son estudiantes ELE y por ello, los invito a que se animen y escriban un cuento para mandarlo al concurso. Si se animan a participar, me lo pueden enviar para que yo les ayude a corregirlo y de esta manera puedan enviarlo al concurso.
Sería muy bueno que se animaran.
Las bases las encuentran en el siguiente link: http://dele-it-es.blogspot.fr/2012/03/iii-concurso-internacional-de-relatos.html
Saludos
Ramón Talavera
Acabo de leer que se convoca a un concurso de cuento en España para estudiantes de español como lengua extranjera (ELE). Los estudiantes de Y qué me cuentas! son estudiantes ELE y por ello, los invito a que se animen y escriban un cuento para mandarlo al concurso. Si se animan a participar, me lo pueden enviar para que yo les ayude a corregirlo y de esta manera puedan enviarlo al concurso.
Sería muy bueno que se animaran.
Las bases las encuentran en el siguiente link: http://dele-it-es.blogspot.fr/2012/03/iii-concurso-internacional-de-relatos.html
Saludos
Ramón Talavera
¿Cuánto te debo?
ReplyDeleteSin pensar, alcanzamos nuestra billetera o monedero. La obra está en marcha. Escogemos la cantidad pedida y el producto o el servicio se nos concede. Es así de fácil. Adelante a la próxima faena. Ésta ha terminado en trigo limpio. El vendedor valora la moneda que ha recibido tal como nosotros, los compradores, valoramos nuestra compra.
Nuestro dinero es una ficha. Vale lo que representa, no lo que es. Es un pagaré ya pagado. Cuando se muestra, se fía.
La humanidad es la única especie que usa tales fichas como símbolos de valor. Antes, trocábamos bolsas de sal por ovejas, o tales por cuales mercancías. Y raro – diremos, imposible – era hacer un negocio donde los artículos de una parte fueran del valor y en la cantidad deseada precisamente igual a los artículos de la otra parte. Además, muchas posesiones pierden su valor con el tiempo; hasta los mejores vinos finalmente se desperdicien. Pero no fue sólo la inconveniencia, la desigualdad y la falta de perdura que nos hizo confiar en las monedas, sino la dignidad. ¿Qué respeto se puede exigir cargando un manojo de aves de corral?
El dispositivo de dinero trajo rasgos no disponible anteriormente. El dinero es portátil, pequeño e inanimado. Por eso, el dinero se puede ganar, guardar, perder, donar, prestar, legar, gastar, recaudar, robar y quién sabe qué más.
El dinero también permite unas perversiones que antes eran imposibles. Animales salvajes matan sólo lo que pueden comer; matar más de eso es dejar desperdicio para que otros coman. Animales humanos acumulan dinero; acumular más es tener más poder que antes. Consideramos como ricos a los que tienen más que otros. Dependiendo del sitio, la misma persona puede ser rica o puede ser pobre. Sea como sea, al morir, todos dejaremos nuestras maletas en la puerta. Es decir, saldremos como entramos, sin un duro.
Mientras vivimos, el dinero puede dictar la calidad de nuestras vidas. Vivir en lujo o vivir en la pobreza, eso se decide en realidad al compás del saldo. Él que tiene más puede comprar más. De compras hay necesidades y hay antojos. Éso es cuestión del que tales compras valora. Además de nuestros saldos, sin embargo, no debemos olvidar que nuestro tiempo es dinero. Lo podemos estar gastando o invirtiendo, a veces sin saber.
¿Sabes la diferencia entre negocios y robos? En negocios, el comprador – por su voluntad – elige un producto o servicio y paga por él. El comprador desea ser parte de ese trámite y obtiene algo que quiere. En robos, la víctima – contra su voluntad – no elige perder un producto o servicio. La víctima nunca desea ser parte de ese trámite y no obtiene nada. Las claves son el deseo de participar y lo compartido.
Gracias por elegir mi cuento para leer y por compartir tu tiempo en leerlo. Espero que hayas recibido algo de valor. Por mi parte, es un placer pensar que hayas encontrado mi redacción entretenida. Si es así, valió mi tiempo.
Un saludo y una sonrisa,
– Ron Garza
Gracias, Rámon. El cuento hoy termina así:
ReplyDeleteMientras vivimos, el dinero puede dictar la calidad de nuestras vidas. Vivir en lujo o vivir en la pobreza, eso se decide en realidad al compás del saldo. El que tiene más puede comprar más. De compras hay necesidades y hay antojos. Eso es cuestión del que tales compras valora. Al fin y al cabo, el dinero también representa una opinión.