INSTRUCCIONES PARA PARTICIPAR EN ESTE BLOG
Cada semana leeremos un cuento o un poema de algún autor hispano.
Te invito a participar de la siguiente manera:
1. Escoge un cuento, poema, o ensayo de la lista de autores que aparece en la columna del lado derecho del blog. Para encontrar un ejemplo, haz clic aquí.
2. Después de leer el material elegido, crea una historia usando las ocho palabras que el grupo ¿Y... qué me cuentas? escogió en clase, o escoge otras ocho palabras de la lectura que quieras practicar. Para encontrar un ejemplo, haz clic aquí.
3. Sube tu historia usando el enlace de comentarios ("comments"). Lo encontrarás al final de cada lectura.
No temas cometer errores en tu historia. Yo estoy aquí para ayudarte. Tan pronto subas tu historia, yo te mandaré mis comentarios.
¿Estás listo? ¡ Adelante!

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Y…¿qué me cuentas?

Este video muestra el momento en el que los estudiantes de

Y…¿qué me cuentas?

crean una historia usando ocho palabras extraídas de un cuento previamente leído en clase.

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Y…¿qué me cuentas?

Recomendación al Gobierno de México por parte del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (CCIME) durante su XVII reunión ordinaria.

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Tuesday, May 29, 2012

"Sólo vine a hablar por teléfono" de Gabriel García Márquez

Para realizar la autoevaluación de esta lectura haga clic aquí.
Para leer el ejercicio de lectura y escritura haga clic aquí.
¡Saludos a todos!
No saben el gusto que me da que hayan escogido el cuento "Sólo vine a hablar por teléfono" para leer esta semana. Es uno de mis favoritos. De hecho, quiero compartirles y "presumirles" que hace algunos años hice un análisis comparativo de dicho cuento con la película "María de mi Corazón" la cual es una adaptación cinematográfica del cuento. El análisis lo realicé cuando cursaba la maestría y mi trabajo recibió el siguiente premio: Best Graduate Student Paper: “La incomunicación y la relación espacio temporal, factores que influyen en la degradación de María en la película María de mi corazón,” (College of Arts and Sciences Academic Conference, Texas A&M International University, Laredo, Texas.) Hagan clic aquí por si quieren leer el trabajo.

Y después de esta digresión, agrego el cuento para que lo disfruten.

Sólo vine a hablar por teléfono
Gabriel García Márquez

Una tarde de lluvias primaverales, cuando viajaba sola hacia Barcelona conduciendo un coche alquilado, María de la Luz Cervantes sufrió una avería en el desierto de los Monegros. Era una mexicana de veintisiete años, bonita y seria, que años antes había tenido un cierto nombre como artista de variedades. Estaba casada con un prestidigitador de salón, con quien iba a reunirse aquel día después de visitar a unos parientes en Zaragoza. Al cabo de una hora de señas desesperadas a los automóviles y camiones de carga que pasaban raudos en la tormenta, el conductor de un autobús destartalado se compadeció de ella. Le advirtió, eso sí, que no iba muy lejos.
-No importa -dijo María-. Lo único que necesito es un teléfono.
Era cierto, y sólo lo necesitaba para prevenir a su marido de que no llegaría antes de las siete de la noche. Parecía un pajarito ensopado, con un abrigo de estudiante y los zapatos de playa en abril, y estaba tan aturdida por el percance que olvidó llevarse las llaves del automóvil. Una mujer que viajaba junto al conductor, de aspecto militar pero de maneras dulces, le dio una toalla y una manta, y le hizo un sitio a su lado. Después de secarse a medias, María se sentó, se envolvió en la manta, y trató de encender un cigarrillo, pero los fósforos estaban mojados. La vecina del asiento le dio fuego y le pidió un cigarrillo de los pocos que le quedaban secos. Mientras fumaban, María cedió

Monday, May 28, 2012

El uso de la "coma"

Hola a todos:
Acabo de recibir este escrito en mi correo electrónico. Me pareció una excelente forma de explicar el uso de la "coma" así que decidí compartirlo con ustedes.
¡Saludos!
Ramón.

El uso de la “coma”

Una coma puede ser una pausa - o no 
-No, espere.
-No espere.

Puede hacer desaparecer su dinero 
-23,4.-
-2,34.-

Puede crear héroes
-Eso solo, él lo resuelve.
-Eso, solo él lo resuelve.

Puede ser la solución 
-Vamos a perder, poco se resolvió.
-Vamos a perder poco, se resolvió.

Puede cambia una opinión 
-No queremos saber.
-No, queremos saber.

Puede condenar o salvar 
-¡No tenga clemencia!
-¡No, tenga clemencia!

Una coma hace la diferencia entre dos puntos de vista. Le invito a que analice la siguiente oración y coloque la coma donde le corresponde:

"Si el hombre supiese el valor que tiene la mujer se arrastraría en su búsqueda".


* Si eres mujer, seguramente pusiste la coma después de MUJER...
* Si eres hombre, seguro que pusiste la coma después de TIENE...

Una coma puede cambiar la historia. El escritor y filólogo español José Antonio Millán, cuenta una anécdota atribuida al emperador Carlos V, a quien en una ocasión le pasaron para firmar una sentencia que decía: “Perdón imposible, que cumpla su condena”. El emperador se sintió magnánimo y antes de firmarla cambió la coma de sitio y también la suerte del condenado: “Perdón, imposible que cumpla su condena”.
-“Esto demuestra que una coma puede cambiar la historia”, concluye Millán. Y nadie puede decir que no le asiste razón.

Una ¿insignificante? "coma" ¿cambia el sentido de una frase…?

Domingo Faustino Sarmiento, en visita a una escuela en su calidad de Inspector General de Escuelas, nota que el maestro no le da importancia a la colocación de la coma. Al alertarlo sobre el tema el maestro le dice que la coma no tiene mucho sentido y que no es necesaria colocarla. A esa respuesta Sarmiento se dirige al pizarrón y escribe:

"El maestro dice, Sarmiento es un ignorante" y luego la misma frase cambiando el lugar la coma:
"El maestro, dice Sarmiento, es un ignorante"

Luego dirigiéndose a los alumnos les pregunta:

-En la primera oración ¿quién es el ignorante? ¡Sarmiento! contestan los alumnos.
-Y en la segunda oración, ¿quién es el ignorante? ¡El maestro! contestan los alumnos.

Con ello le demostró al maestro su error.

Saturday, May 26, 2012

Ejercicio de lectura y escritura de "El que inventó la pólvora" de Carlos Fuentes

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio haga clic aquí.
¡Gracias, Ramón!

¡Qué cuento interesante! Aunque no entendieramos todas las alusiones, pudimos discutir la crítica que implica para nuestra sociedad consumidora.
Así celebramos la vida del gran escritor Carlos Fuentes.

Aquí están las 8 palabras que escogimos:

1. Sótano
2. Basura
3. Diseño
4. Ropavejero
5. Cuchara
6. Antigua
7. Aseo
8.Gaveta
Para resolver el crucigrama generado con estas ocho palabras haga clic aquí.

El cuento que escribimos es el siguiente:

Soy un ropavejero que vende diseños antiguos y muebles de segunda mano en mi sótano. Algunas personas dicen que los diseños son basura, pero un día encontré una cuchara de pura plata en una gaveta desbaratada. Con un poco de aseo la cuchara brillaba como un diamante en la corona de la reina.
*********************************************************************
¡Hola a todos!
Disfruté mucho su cuento por la figura del ropavejero que hay en él. El "ropavejero" es una persona que va por las calles gritando: "Zapatos, o ropa usada que vendaaaaan". Cuando las amas de casa escuchan este pregón, salen a esperar que pase y venderles las cosas que ya no necesitan. No sólo ropa usada, sino utensilios de cocina, muebles, joyas de fantasía, etc. El ropavejero les compra prácticamente todo por una módica suma la cuál le ayuda al ama de casa para tener unos "pesitos de más" que le ayuden en la economía familiar. A su vez, el ropavejero lleva toda esa mercancía para venderla en algunos mercados que les llaman "tianguis". De esa manera ellos también ganan su dinerito. Aquí en Estados Unidos ustedes no cuentan con este personaje porque ustedes están acostumbrados a hacer sus "garaje sales" en los que venden los artículos que ya no necesitan a precios bajos.
Aquí les incluyo una parte de la película "El ropavejero" una película de la época de oro del cine Mexicano, allá por los años de 1950. En la primera parte que dura como 9 minutos verán dos cosas importantes: la manera en la que pregonaba el ropavejero por las calles y la segunda el acto de regatear los precios, es decir, la vendedora quiere 10 pesos, pero el ropavejero solo ofrece seis. Este "regateo" también es una parte cultural que no debe pasar desapercibido.
¡Que lo disfruten!

Ramón.


Wednesday, May 23, 2012

"El que inventó la pólvora" de Carlos Fuentes

Para leer el ejercicio de lectura y escritura de este cuento haga clic aquí.
El que inventó la pólvora
Carlos Fuentes

Uno de los pocos intelectuales que aún existían en los días anteriores a la catástrofe, expresó que quizá la culpa de todo la tenía Aldous Huxley. Aquel intelectual -titular de la misma cátedra de sociología, durante el año famoso en que a la humanidad entera se le otorgó un Doctorado Honoris Causa, y clausuraron sus puertas todas las Universidades-, recordaba todavía algún ensayo de Music at Night: los snobismos de nuestra época son el de la ignorancia y el de la última moda; y gracias a éste se mantienen el progreso, la industria y las actividades civilizadas. Huxley, recordaba mi amigo, incluía la sentencia de un ingeniero norteamericano: «Quien construya un rascacielos que dure más de cuarenta años, es traidor a la industria de la construcción». De haber tenido el tiempo necesario para reflexionar sobre la reflexión de mi amigo, acaso hubiera reído, llorado, ante su intento estéril de proseguir el complicado juego de causas y efectos, ideas que se hacen acción, acción que nutre ideas. Pero en esos días, el tiempo, las ideas, la acción, estaban a punto de morir.
La situación, intrínsecamente, no era nueva. Sólo que, hasta entonces, habíamos sido nosotros, los hombres, quienes la provocábamos. Era esto lo que la justificaba, la dotaba de humor y la hacía inteligible. Éramos nosotros los que cambiábamos el automóvil viejo por el de este año. Nosotros, quienes arrojábamos las cosas inservibles a la basura. Nosotros, quienes optábamos entre las distintas marcas de un producto. A veces, las circunstancias eran cómicas; recuerdo que una joven amiga mía cambió un desodorante por otro sólo porque los anuncios le aseguraban que la nueva mercancía era algo así como el certificado de amor a primera vista. Otras, eran tristes; uno llega a encariñarse con una pipa, los zapatos

Thursday, May 3, 2012

Ejercicio de lectura y escritura de "El rinoceronte" Juan José Arreola

Para leer el cuento relacionado con este ejercicio haga clic aquí.

Hola, Ramón,

Gracias por subir “El rinoceronte” de J.J. Arreola al blog. Tuvimos una conversación interesante en la clase acerca de los motivos de Elinor, Pamela, etc. Siguen las 8 palabras que escogimos y el cuento que escribimos juntos.

1. Luchar
2. Desprovisto
3. La virgen
4. El arrebato
5. Brotar
6. La horma de su zapato
7. El unicornio
8. Romántico

"La historia es la siguiente:
La virgen romántica miraba el tapiz con un diseño de un unicornio. En el tapiz, el unicornio veía desprovisto de emoción a dos rinocerontes luchando y brotando vapor por sus narices. Parecía que no habría fin a la lucha porque los dos habían dado con la horma de su zapato uno a otro.

La virgen sentía un arrebato de amor por el unicornio guapísimo y pacífico y lo sacó del tapiz con unas tijeras."

*********************************************************************************
¡Saludos!
Es una excelente cuento, los felicito. Por favor lean mis comentarios al respecto en el link que dice "comments". Es muy importante que los lean.
Ramón

Para ver el crucigrama generado con estas palabras, haga clic aquí.

Tuesday, May 1, 2012

"El rinoceronte" de Juan José Arreola

Para leer los ejercicios relacionado con este cuento haga clic aquí.
El Rinoceronte
Juan José Arreola

El gran rinoceronte se detiene. Alza la cabeza. Recula un poco. Gira en redondo y dispara su pieza de artillería. Embiste como ariete, con un solo cuerno de toro blindado, embravecido y cegado, en arranque total de filósofo positivista. Nunca da en el blanco, pero queda siempre satisfecho de su fuerza. Abre luego sus válvulas de escape y bufa a todo vapor.

(Cargados con armadura excesiva, los rinocerontes en celo se entregan en el claro del bosque a un torneo desprovisto de gracia y destreza, en el que sólo cuenta la calidad medieval del encontronazo.)

Ya en cautiverio, el rinoceronte es una bestia melancólica y oxidada. Su cuerpo de muchas piezas ha sido armado en los derrumbaderos de la prehistoria, con láminas de cuero troqueladas bajo la presión de los niveles geológicos. Pero en un momento especial de la mañana, el rinoceronte nos sorprende: de sus ijares enjutos y resecos, como agua que sale de la hendidura rocosa, brota el gran órgano de vida torrencial y potente, repitiendo en la punta los motivos cornudos de la cabeza animal, con variaciones de orquídea, de azagaya y alabarda.

Hagamos entonces homenaje a la bestia endurecida y abstrusa, porque ha dado lugar a una leyenda hermosa. Aunque parezca imposible, este atleta rudimentario es el padre espiritual de la criatura poética que desarrolla, en los tapices de la Dama, el tema del Unicornio caballeroso y galante.

Vencido por una virgen prudente, el rinoceronte carnal se transfigura, abandona su empuje y se agacela, se acierva y se arrodilla. Y el cuerno obtuso de agresión masculina se vuelve ante la doncella una esbelta endecha de marfil.


El Rinoceronte
Juan José Arreola

Durante diez años luché con un rinoceronte; soy la esposa divorciada del juez McBride.

Joshua McBride me poseyó durante diez años con imperioso egoísmo. Conocí sus arrebatos de furor, su ternura momentánea, y en las altas horas de la noche, su lujuria insistente y ceremoniosa.

Renuncié al amor antes de saber lo que era, porque Joshua me demostró con alegatos judiciales que el amor sólo es un cuento que sirve para entretener a las criadas. Me ofreció en cambio su protección de hombre respetable. La protección de un hombre respetable es, según Joshua, la máxima ambición de toda mujer.

Diez años luché cuerpo a cuerpo con el rinoceronte, y mi único triunfo consistió en arrastrarlo al divorcio.

Joshua McBride se ha casado de nuevo, pero esta vez se equivocó en la elección. Buscando otra Elinor, fue a dar con la horma de su zapato. Pamela es romántica y dulce, pero sabe el secreto que ayuda a vencer a los rinocerontes. Joshua McBride ataca de frente, pero no puede volverse con rapidez. Cuando alguien se coloca de pronto a su espalda, tiene que girar en redondo para volver a atacar. Pamela lo ha cogido de la cola, y no lo suelta, y lo zarandea. De tanto girar en redondo, el juez comienza a dar muestras de fatiga, cede y se ablanda. Se ha vuelto más lento y opaco en sus furores; sus prédicas pierden veracidad, como en labios de un actor desconcentrado. Su cólera no sale ya a la superficie. Es como un volcán subterráneo, con Pamela sentada encima, sonriente. Con Joshua, yo naufragaba en el mar; Pamela flota como un barquito de papel en una palangana. Es hija de un pastor prudente y vegetariano que le enseñó la manera de lograr que los tigres se vuelvan también vegetarianos y prudentes.

Hace poco vi a Joshua en la iglesia, oyendo devotamente los oficios dominicales. Está como enjuto y comprimido. Tal parece que Pamela, con sus dos manos frágiles, ha estado reduciendo su volumen y le ha ido doblando el espinazo. Su palidez de vegetariano le da un suave aspecto de enfermo.

Las personas que visitan a los McBride me cuentan cosas sorprendentes. Hablan de unas comidas incomprensibles, de almuerzos y cenas sin rosbif; me describen a Joshua devorando enormes fuentes de ensalada. Naturalmente, de tales alimentos no puede extraer las calorías que daban auge a sus antiguas cóleras. Sus platos favoritos han sido metódicamente alterados o suprimidos por implacables y adustas cocineras. El patagrás y el gorgonzola no envuelven ya el roble ahumado del comedor en su untuosa pestilencia. Han sido remplazados por insípidas cremas y quesos inodoros que Joshua come en silencio, como un niño castigado. Pamela, siempre amable y sonriente, apaga el habano de Joshua a la mitad, raciona el tabaco de su pipa y restringe su whisky.

Esto es lo que me cuentan. Me place imaginarlos a los dos solos, cenando en la mesa angosta y larga, bajo la luz fría de los candelabros. Vigilado por la sabia Pamela, Joshua el glotón absorbe colérico sus livianos manjares. Pero sobre todo, me gusta imaginar al rinoceronte en pantuflas, con el gran cuerpo informe bajo la bata, llamando en las altas horas de la noche, tímido y persistente, ante una puerta obstinada.

Para hacer el ejercicio de autoevaluación, haga clic aquí.